La salud está de moda, es una de las demandas de los consumidores que se ha acelerado la Covid-19, e incluso algunas empresas se han visto obligadas por parte de grupos de inversores a mejorar su oferta de productos saludables.
Y ahora le toca a Lidl mover ficha, anunciando que el 85% del volumen de sus ventas de alimentos serán de productos saludables en cuatro años. Han tomado como referencia lo que marca como saludable el gobierno a través de su oficina Public Health England, y van a trabajar con sus proveedores para reformular unos 200 productos al año, hasta el 2025, reduciendo la cantidad de grasa, sal, azúcar, etc
Otra línea de la estrategia es aumentar la gama de productos frescos (frutas y hortalizas, carnes, y pescados). Para ello está renovando la sección de frescos de algunas de sus tiendas con un mejor mobiliario que permita acomodar más referencias, y moviendo las secciones al frente de las tiendas que no las tenían ya. Por ejemplo, en frutas y hortalizas, esperan vender un 35% más al finalizar el plazo.
Además de colaborar con ONGs y con sus proveedores para afinar su oferta, también ha realizado un piloto durante varias semanas en las que invitaba a los consumidores a elegir opciones más saludables. Carteles en las estanterías, el lugar donde los clientes están pensando en lo que van a comprar y en si eligen o no el producto, informaban a los clientes de las opciones más saludables dentro de la gama de productos disponibles. Y siempre proponían cambios simples, sustituir un producto por otro muy similar que tuviera una misma función en los platos que se preparan con él.
No es la primera vez que Lidl se implica en conseguir que sus clientes compren productos más saludables. Hace casi 10 años en UK implantaron las “cajas saludables”, eliminando de la zona de impulso golosinas, bebidas azucaradas, y otros productos similares y dejando snacks saludables, frutos secos, etc. También llevan más de cinco años promocionando el consumo de frutas y hortalizas y la práctica de deporte entre los niños.
