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  • Writer's pictureJosé Miguel Flavián Erlac

Iceland: competir para ser el líder en sostenibilidad.

Los elementos tradicionales que utilizaban los supermercados para competir entre ellos (precio, surtido, servicio…) han dejado de ser suficientes en el mercado británico, y la carrera por ser relevantes les está haciendo competir en otros campos.

Tras la guerra de precios ahora estamos en la guerra de valores, y hay una carrera por demostrar que se es el más verde, el más saludable y el que está más en sintonía con las aspiraciones de los clientes actuales. Es algo que siempre ha estado presente (basta ver los posicionamientos de Waitrose y Marks & Spencer, o el gran desarrollo que hizo Sainsbury’s para posicionarse como una cadena de valor y valores) pero últimamente se ha acentuado un poco, con cuestiones como el plástico, el desperdicio, etc.


Iceland, una de las cadenas más pequeñas del Top 10, parece estar dispuesta a aprovechar las causas que surjan para diferenciarse. No se trata de un supermercado sofisticado, la experiencia de compra es regular comparada con las otras cadenas, aunque son seguramente la enseña a imitar si nos fijamos en congelados, la categoría donde tienen el expertise. Pero en lo que llevamos de año ya ha lanzado un par de iniciativas significativas para posicionarse en el espacio de la sostenibilidad, algo que parece alejado de la esfera donde Iceland se mueve, pero que indica su ambición de escalar posiciones en el ranking y atraer a nuevos tipos de clientes más concienciados con estas cuestiones.

La primera se hizo pública nada más anunciarse que el gobierno estaba trabajando en el desarrollo de una estrategia para reducir los residuos plásticos generados en el país, y mejorar las tasas de reciclaje, con el objetivo último de alcanzar la cuota “residuo cero” en plásticos en 25 años. Inmediatamente Iceland anunció que se comprometían a eliminar el plástico de los envases de sus productos de MDD antes del 2023. Están trabajando en utilizar nuevos productos con materiales basados en el papel y el cartón, y que se reciclen fácilmente.  Posteriormente, otras cadenas como Waitrose anunciaron sus objetivos al respecto, y un grupo de fabricantes y distribuidores han publicado un compromiso genérico para reducir tambíen la cantidad de plástico que se pone en el mercado y reciclar más cantidad del que se ponga en el mercado.

El otro compromiso de Iceland es el de retirar de las formulaciones de sus productos de MDD el aceite de palma antes de acabar el año. No es una cuestión de salud, es una cuestión de sostenibilidad. Dicen que no tienen garantías de poderse aprovisionar de aceite de palma “responsable” (que no contribuya a la deforestación ni a la extinción de los orangutanes) por lo que han decidido cortar por lo sano. El aceite de palma se sustituye por otros aceites como el de girasol, colza, etc.

Sin duda las cadenas buscan nuevos campos en los que competir y ganarse el favor de los clientes. El precio lo es casi todo,… pero no todo.

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