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Writer's pictureJosé Miguel Flavián Erlac

La Gran Distribución devuelve ayudas del Covid.

En un desenlace que se preveía, en estas últimas dos semanas la mayoría de las cadenas de supermercados han devuelto unas de las principales partidas de ayuda que recibieron del gobierno al desatarse la crisis del Covid-19.

Un poco de historia y contexto…

Cuando se anunciaron las medidas de contención de los contagios por Covid-19 el gobierno, como en muchos otros países, anunció el cierre de la restauración y de los comercios no esenciales. A la vez, conscientes del impacto económico que esto iba a tener en los negocios que pedía cerraran, anunció una serie de medidas enfocadas a mitigar el impacto del cierre y reducir sus costes: entre otras, las principales fueron asumir el sueldo de los empleados que tenían que parar (supongo equivalente a los ERTE en España) y la exención del impuesto llamado “business rates” que carga a los establecimientos comerciales (naturalmente, la aplicación de esta exención fue general, habiéndose visto obligado a cerrar o no, por lo que los supermercados se encontraron con menos impuestos y las tiendas a pleno rendimiento). El gobierno pensaba que la pandemia era cosa de dos o tres meses y después podríamos volver a nuestra vida normal y con estas ayudas los negocios podrían hibernar estas 10 o 12 semanas, y después recuperar los empleados y ponerse en marcha como si hubieran parado un par de días.

Ya sabemos que estas predicciones fueron muy optimistas y que estamos donde estamos.

Los supermercados han tenido un comportamiento ejemplar durante este periodo, y la sociedad se lo ha agradecido y reconocido. No solamente por mantener las tiendas llenas de producto (incluso durante los días de las famosas fotografías de estanterías vacías, yendo a ciertas horas te podías encontrar las tiendas bien surtidas) y adaptarlas para que la compra fuera segura, si no también por dar trabajo a muchísimos empleados del sector HORECA que se habían quedado sin trabajo. Pero también han hecho un buen negocio durante estos meses en los que durante varios periodos las tiendas no esenciales han estado cerradas (mientras que muchos de ellos han podido seguir vendiendo ropa, bazar etc) y fundamentalmente, la restauración también ha estado cerrada, y los supermercados se han quedado como prácticamente el proveedor de alimentos exclusivo para los hogares. Las ventas crecieron a doble cifra, incluso en el mes menos favorable (agosto, porque el gobierno dio subsidios a los consumidores que comían en restaurantes) las ventas de gran consumo crecieron un 10,8% respecto al agosto del 2019, según Kantar.

Los meses anteriores al verano las cadenas presentaron cuentas anuales, y como es de rigor, obteniendo beneficios y siendo corporaciones con accionistas, anunciaron que repartían dividendos. Aquí se empezó a hablar de la injusticia de verse favorecido de las ayudas y de las circunstancias. Sainsbury’s, por ejemplo, estimaba que los impuestos que no tenía que pagar compensaban los costes extra de adaptar la operativa a las medidas de distanciamiento social, tratando de hacer un equilibrio que sonara creíble.

Este runrún fue en aumento, y alcanzó su cúspide cuando el gobierno anunció un nuevo confinamiento nacional en Noviembre, volviendo a obligar a restaurantes y tiendas no esenciales a cerrar.

A finales de noviembre algunos negocios decidieron devolver estas ayudas, y el día 2 de diciembre Tesco anunció que pagaba al gobierno los impuestos que le había condonado, en total unos £585 millones, anunciando también que lo que le había costado adaptar sus tiendas, pagar las bajas, etc, era de £725 millones, pero que su fortaleza financiera le permitía tener ese gesto. Evidentemente, tras el líder, las demás cadenas anunciaron que iban a pagar lo que no se les había cobrado, en total, unos £1.800 millones.

Sin embargo, no todas las cadenas de supermercados han decidido pagar este impuesto. Notablemente Coop e Iceland, pero también las cadenas premium Waitrose y Marks & Spencer (éstos al tener tambíen grandes almacenes que tuvieron que cerrar, y sobretodo el segundo muchos supermercados en estaciones de trenes y metro, los cierres y el trabajar desde casa ha tenido un gran impacto en sus cuentas).

Kantar hizo un análisis del coste de devolver estas ayudas. Los discounters son los más beneficiados, dado que suponen un 1,2% (Aldi) y un 1,5% (Lidl) de sus ventas. Tesco y Asda están en medio, con un 1,9%, y son Sainsbury ‘s y Morrisons los mayor perjudicados, ya que suponen un 2.9% y un 2.3% respectivamente de sus ventas.

Seguramente esto es un capítulo ya cerrado y no vamos a oir hablar mucho más de ello. Además, se acercan las Navidades y en dos días ya tendremos las chocolatinas de Semana Santa en las tiendas, por lo que hay otras cosas en las que pensar… Pero no me extrañaría nada que algunos lo utilicen en la comunicación de sus logros en responsabilidad social corporativa, incluso que se lo afeen a los que no lo hayan hecho… ya saben, aquí no puedes dar ni un milímetro de ventaja a tus adversarios.

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