Curioso el artículo que aparecía en The Grocer la semana pasada, sobre los preparativos de las empresas para afrontar el Brexit.
El pasado lunes 19 de marzo se anunció la forma que tendría la relación Unión Europea / Reino Unido durante el periodo de transición del que se venía hablando como una posibilidad (desde que se acaba el plazo dado por el artículo 50 hasta la salida definitiva del Reino Unido de la Unión Europea, a finales de diciembre del año 2020). Gracias a este acuerdo, si finalmente entra en vigor en marzo del año que viene, las empresas tendrán algo más de tiempo para prepararse porque se mantiene el mercado único, la unión de fronteras, y la gran mayoría de las relaciones establecidas entre el Reino Unido y la Unión.
Las empresas del sector alimentario dependen en buena medida de las importaciones desde la Unión Europea, y están muy preocupadas no solamente por la gestión de las fronteras en el escenario post Brexit, si no por cómo va a ser el día después, cuando los oficiales en las fronteras británicas tengan que poner en marcha las nuevas medidas que el Reino Unido habrá ido preparando durante el periodo de transición. Naturalmente, tratándose de alimentos, y además en muchos casos perecederos, la preocupación por no dejar las estanterías de las tiendas desabastecidas es elevada.
Y es para evitar el caos que se puede producir las empresas preparan planes de contingencia, y según ha sabido The Grocer, algunas empresas planean acumular todo lo que puedan, y así evitar importar en la medida de lo posible durante las primeras semanas del post Brexit. Al problema de las fechas de caducidad y que no se puede hacer con todos los alimentos (verduras y otros frescos) hay que añadir el impacto que tendrá acumular producto de forma extraordinaria en el cash flow de la empresa, y los costes del propio almacenamiento, ya sea a temperatura ambiente o congelado. Pero de esta forma evitarán desplazar camiones por las fronteras, algo que potencialmente puede ser caótico los primeros días de enero del 2021, hasta que todo esté normalizado y empresas y oficiales estén ya acostumbrados a los cambios.
Es una solución práctica pero costosa, a la que se verán abocadas algunas empresas que quieran reducir sus riesgos mientras no haya más certezas alrededor del Brexit.
La Federación de Detallistas se imagina el escenario de las importaciones y exportaciones post Brexit como un laberinto prácticamente interminable.
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