Ya hemos hablado en algunas ocasiones de la moda de las frutas y verduras feas: productos que no cumplen los requisitos cosméticos de las grandes cadenas que antes se destinaban a industria o alimentación animal pero que ahora llegan a las tiendas a precios tirados y los supermercados logran apuntarse puntos reputacionales. Hace una semana eran los espárragos en Morrisons, y ahora son las lechugas iceberg en Tesco, que absorve la sobreproducción de su proveedor, y las pone a la venta a 29p (frente a los 50p del producto habitual).
Fuera de los supermercados, hay muchas otras iniciativas para aprovechar estos productos, y en vez de ofrecerlos tal cual en las tiendas, procesarlos y darles valor. The Grocer en su último número recogía varias de estas iniciativas. Muchas de ellas lideradas por pequeñas empresas, pero también alguna de las grandes marcas se apunta a esto. Lo mejor es que dan valor a estos productos y salen a la venta en los supermercados británicos para competir con los demás productos de su categoría por su sabor, sus atributos éticos, etc… no por ser más baratos. Los productos de la lista se encuentran en algunas de las cadenas de productos ecológicos/saludables/responsables con el medio ambiente (tipo Planet Organic, Whole Foods Market), premium (Selfridges, Fortnum & Mason) y algunas ya han llegado al gran consumo (Tesco, Waitrose, Ocado, etc).
Es maravilloso ver como han cambiado las cosas. Las frutas y verduras de segunda categoría iban a industria, y ahora las empresas que transforman estos productos son capaces de venderlo como un elemento positivo de su ejercicio. Lo importante que es contar una historia… y la mayoría de las historias empieza por el nombre de la empresa o del producto.
Toast Ale: escuché una ponencia hace unos seis meses donde nos explicaron el proyecto. Se trata de hacer cerveza con pan duro como base de hidratos de carbono de la fermentación. Recogen pan duro de las panaderías y tiendas delicatessen, y en los primeros 15 meses de vida han reciclado 3.6 toneladas de pan duro.
ChicP: hacen dips tipo humus con verduras feas que les sirven los agricultores. Es un producto chic. Es un producto que llega a ser bonito, recetas muy originales y además juega con los colores de las distintas verduras para presentar un surtido muy atractivo.
Spare Fruit: en este caso, hacer chips de frutas y verduras con los productos de segunda. Empezó recogiendo frutas que no se vendían en cafeterías, y ahora ya se aprovisiona directamente de las granjas. En un año ha “rescatado” 15 toneladas de manzanas.
Snact: un snack infantil, frutas cubiertas de yoghurt. Las compran en los mercados mayoristas, los restos que quedan al final de la jornada.
Ketchup de Hellmann’s: la marca de Unilever presenta un producto fabricado con tomates rojos y verdes. Los verdes, iban al desperdicio. De esta forma esperan evitar el desperdicio de 160 toneladas de tomate al año. La presentación del producto va acompañada de una gran campaña de marketing. Seguro que pronto veremos otras marcas presentar sus propuestas en este sentido.
Rubies in the Rubble: conservas y salsas (ketchup, chutney etc) con productos que se iban a tirar en los Farmer’s Markets, y ahora ya directamente de los agricultores. Venden en un buen número de supermercados, y fueron una de las empresas pioneras en este campo. Por eso dicen haber rescatado de la basura ya 600 toneladas de productos. Es muy buena idea poner en su web un contador de productos que rescatan.
Seguramente veremos mucho más, y poco a poco las grandes marcas se irán apuntando al carro y normalizando esto. A ver si pronto se acaba con el despilfarro del desperdicio.
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