Ayer lo adelantaba Sky News y hoy aparece confirmado. Los abogados de Tesco están acabando de concretar un pacto con la Serious Fraud Office para cerrar el caso. Seguramente Tesco tendrá que pagar una multa de unos £130 millones. La cifra sobre la que gira la multa supondría aproximadamente el 10% de los beneficios operativos que Tesco espera obtener este ejercicio, y no es tan alarmante como lo que se había previsto al principio. Aunque también hay que considerar que Tesco tiene que pagar los costes judiciales del proceso, y otros £85 millones como parte del proceso de investifación de la Financial Code Authority (FCA) y que supone compensar las pérdidas de un cierto número de accionistas que vieron reducido su dividendo por las malas prácticas de los gestores del supermercado.
Además de todo esto, es positivo cerrar otra parte del legado del anterior CEO, Philip Clarke. Aunque esto haya quedado como un escándalo contable, es fruto de su gestión errática, y de las mala cultura de empresa que se creó a su alrededor. El nuevo CEO, Dave Lewis, tiene muchos puntos buenos que apuntarse, y a pesar de pasar por una guerra de precios tremenda, está consiguiendo darle la vuelta a la situación en la que se encontró Tesco: con un problema reputacional tremendo, empleados desmoralizados y proveedores muy recelosos.
Sin embargo, aunque Tesco cerrara este capítulo, todavía quedan algunos frentes abiertos, demandas de inversores que acusan a Tesco de malas prácticas que afectaron de forma severa a su valor bursátil, y por lo tanto, afectando a sus inversiones. También tendrá que someterse al escrutinio de la SFO durante un tiempo, para asegurar que las buenas prácticas que han diseñado para la relación comercial con proveedores se aplican de forma completa.
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