Tesco ha publicado esta mañana una nota de su comité de dirección que viene a hacer oficial la importante desviación que existe entre lo que se había planeado a principios del año y los resultados que están obteniendo.
Por un lado, reconocen que las cifras de beneficios previstas no se van a alcanzar, y las revisan a la baja en aproximadamente un 20%. A la vez anuncian un recorte en gastos e inversiones, lo más sonado posiblemente sea el frenazo que se ha decidido dar al importantísimo plan de renovación de las tiendas.
Finalmente han anunciado que Dave Lewis, la persona que viene a sustituir al CEO despedido Philip Clarke, se va a incorporar un mes antes, y oficialmente empezará a ejercer a partir del lunes 1 de septiembre.
Mientras tanto, las ventas de Tesco siguen cayendo, aunque a ritmo algo menor según indican las cifras de Kantar Worldpanel, que les atribuía una pérdida del 4% de las ventas en Agosto, algo menos que las pérdidas de los meses anteriores, que llegaron al 5,2%.
La reestructuración de las tiendas era una de las apuestras fuertes de Philip Clarke y no ha dado buenos resultados hasta la fecha. Planeaban invertir en el proyecto una millonada, hay grandes muestras de ingenio en algunas tiendas como la de Watford, las de Londres, etc, pero en la mayoría de los casos, tras la renovación las ventas apenas crecían un 5% como mucho durante un tiempo, haciendo que Tesco estuviera continuamente revisando sus planes e incorporando nuevas propuestas con la esperanza de acertar con la tecla con alguna de ellas.
Seguramente este freno en el gasto y en las perspectivas de resultados se deba a poder quitar algo de presión al nuevo CEO que debe determinar qué no funciona en Tesco y cómo atajarlo. Aunque dicen que su apodo es “Drastic Dave”, por los recortes y la nueva dirección que implantó en su unidad de negocio en Unilever, y que no se asusta ante ningún reto.
Broma en The Grocer, mostrando al nuevo CEO de Tesco empezando a encarar los retos que se le avecinan.
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