Hoy Tesco ha vuelto a batir las expectativas, y ha declarado unas pérdidas de £6.380 millones, casi 9.000 millones de €, record absoluto en la historia del gran consumo británico, y del mundo empresarial en este país en general.
Dave Lewis, CEO de Tesco, y Alan Stewart, Director Financiero de la organización.
Es un ajuste necesario para reflejar la nueva realidad del mercado. Las pérdidas vienen de realizar una nueva valoración de su inmobiliario y algunos de sus negocios. El resultado de la explotación de su negocio principal, el gran consumo también es malo, £1.390 millones, un 60% menos del obtenido el año anterior.
En su presentación a periodistas, el CEO de Tesco ha explicado que la empresa ha ido perdiendo competitividad a lo largo de los años, pero que los cambios profundos que se están implantando en la forma de trabajar son necesarios, buscando mejorar en lo fundamental, que es el servicio al cliente, evitar roturas de stock y ofrecer buenos precios. La situación no va a aclararse mucho durante los próximos meses porque el mercado está embarcado en una guerra de precios que dificulta anticipar nada con certeza. Sólo que va a ser más difícil.
En UK se ha observado una mejora en las ventas durante los últimos meses del año fiscal, pero los beneficios de explotación se han reducido en casi un 80%. La justificación viene por el impacto negativo de algunas iniciativas del anterior CEO, y el foco que se tenía en obtener beneficios fuera de los puramente comerciales (y que ahora con los cambios en la relación con los proveedores quieren corregir).
Las medidas que ha introducido Dave Lewis desde el verano parecen tener un impacto positivo. El aumento de personal en tiendas ha ayudado a que mejore la disponibilidad y los niveles de servicio, y ha resultado que el mayor impulso a las ventas en este último período lo están obteniendo en el canal de los hipermercados, aunque el online siga siendo el canal de mayor velocidad de crecimiento (un 20% más pedidos que el año anterior) y la contribución del convenience sea muy buena (4.5% de crecimiento en ventas comparables desde que introdujeron la campaña de precios reducidos). Mejora el tráfico de clientes, los volúmenes, y queda esperar que este crecimiento suponga que las ventas también aumenten. Las ventas comparables para el total del negocio en UK disminuyeron un 3,6%, aunque en el último trimestre se ha perdido tan sólo un 1%.
Sobre la mejora en las ventas en hipermercados, hay que tener en cuenta que es un canal en el que se ha invertido mucho dinero para renovar las tiendas, viene de resultados malos en el año anterior, y también mejorará algo más a medida que se vayan cerrando tiendas no rentables.
Seguirán revisando los resultados de las tiendas para valorar si hay que realizar más cierres, y se espera que pueda haber otra depreciación del inmobiliario. Aunque sobre un elemento muy sensible, que es el número de empleados, a pesar de las malas perspectivas que hay sobre la cuestión, este año el número de empleados en tiendas ha crecido en 5.000 personas, mientras que la central ha perdido 2.500 puestos. El CEO no ha evitado la cuestión de la reestructuración, hablando de la pérdida difícil pero necesaria de expertise y capital humano que esto supone, pero imprescindible para agilizar la organización.
Hablando de agilización, ha puesto un ejemplo de lo que supone la nueva línea de atención a proveedores. Han resuelto con una llamada una cuestión que anteriormente supuso 103 emails con otro proveedor.
Queda por concretar el plan de reducción de referencias y del de venta de negocios no esenciales, proyectos que se presumen ambiciosos, aunque del que todavía no se tienen muchos detalles.
En resumen, todavía aplica el apodo que Dave Lewis se ganó en Unilever, “Drastic” Dave, y en sus primeros meses de Tesco no le ha temblado el pulso.
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