Avanzamos en el tiempo hacia la fecha en la que nuestra Primera Ministra quiere poner en marcha el proceso de separación de la Unión Europea, y todavía seguimos con más incertidumbres que nada. De hecho, ni siquiera está claro que el gobierno pueda activar el proceso sin tener que contar con el beneplácito del Parlamento.
Mientras tanto, los distintos sectores siguen lanzando mensajes sobre cuales deberían ser las prioridades del proceso, a su entender, para proteger sus intereses. Los supermercados que en su mayoría no habían querido posicionarse hacia un lado o el otro antes del referendum, ahora reaccionan, y mandan mensajes para proteger el status quo a pesar del Brexit.
Hace un par de días que un grupo de instituciones y negocios alimentarios han publicado una carta en The Times advirtiendo de los peligros que supondría el llamado Hard Brexit para el sistema alimentario del Reino Unido. Pondría en riesgo las empresas, la agricultura, y la oferta alimentaria.
La carta la firman los principales sindicatos agrarios, un buen número de fabricantes (Arla, Muller, Weetabix etc) y varias cadenas (Marks & Spencer, Morrisons, etc). En total 71 organizaciones, que juntas facturan del orden de £92.000 millones cada año.
Sus demandas son claras: mantenerse dentro del mercado único con todo lo que eso comporta. Por el volumen de productos que se importan desde la Unión Europea es importante mantenerse dentro del mercado único, asegurando que no hay tasas comerciales a la hora de comprar productos de Europa. Pero también la Unión Europea es el principal mercado exterior para la industria alimentaria, y perderlo sería un contratiempo.
Y finalmente, la reindinvicación de mantener las condiciones actuales del mercado laboral. La agricultura, la industria y el comercio necesitan poder contratar mano de obra continuamente, y los ciudadanos de los nuevos países de la Unión Europea han venido atendiendo esta demanda laboral. Cortarlo supondría un revés para este sector, sobretodo para el agrícola que dice igual no podría cultivar varios de los productos (como las fresas) con la solvencia con la que se ha venido realizando hasta ahora. Aunque también solicitan asegurar que los europeos que están establecidos ya en el Reino Unido puedan seguir viviendo en las islas sin trabas, como hasta ahora lo han podido hacer.
Más presión sobre el gobierno a la hora de conseguir un trato que convenza a los votantes y a los negocios.
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